2 Crónicas 1. 11-12
(RVR)Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti.
Dios responde a Salomón después de que éste pide sabiduría para gobernar a su pueblo en lugar de riquezas o gloria. Dios le concede sabiduría y conocimiento, y también promete otorgarle riquezas, bienes y gloria sin precedentes que ningún rey anterior ni futuro tendrá. La razón de la respuesta divina se encuentra en que Salomón no solicitó cosas materiales ni venganza, sino algo que beneficiaría a la comunidad que gobernaba.
Esta narrativa resalta la importancia de que los líderes busquen la sabiduría y la guía divina en sus decisiones, en lugar de enfocarse en el poder o los recursos materiales. Salomón se veía a sí mismo como un mayordomo de las riquezas que Dios le había otorgado, y su enfoque en la sabiduría se considera un modelo de liderazgo piadoso.
La respuesta de Dios a Salomón, dándole tanto sabiduría como riquezas, señala un principio del liderazgo espiritual: aquellos que buscan primero el reino de Dios y su justicia, generalmente recibirán también las bendiciones materiales que acompañan a dicha búsqueda.
Este pasaje invita a los creyentes a reflexionar sobre sus propias prioridades y motivaciones al gobernar, dirigir o administrar, inspirándose en la búsqueda de la sabiduría divina como el objetivo más alto, que puede dar lugar a un liderazgo exitoso y a una vida rica en bendiciones.
- Un corazón bien enfocado libera el favor de Dios.
- La ambición desmedida cierra todas las puertas.
- La sabiduría es la riqueza más importante que tenemos. Es bueno invertir en ella.