Semana 38


Eclesiastés 11. 6

(RVR) Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno.

(TLA)  Hay que sembrar en la mañana, y volver a sembrar en la tarde. Nunca se sabe cuál de las dos siembras será mejor, o si las dos serán abundantes.

 

La enseñanza sobre la diligencia, la incertidumbre de la vida y la confianza en el propósito divino.

El uso de la metáfora agrícola para ilustrar la importancia de trabajar diligentemente resuena a lo largo de Eclesiastés. Se enfatiza que las acciones del ser humano, especialmente en lo que respecta a hacer el bien y laborar intensamente, son esenciales en el contexto delineado por el autor. El sembrador no debe descansar en sus esfuerzos, ya que las condiciones de la vida son inciertas y el futuro es incierto.

Salomón nos recuerda que, aunque podemos esforzarnos y trabajar arduamente, no tenemos control total sobre los resultados. Esta realidad nos invita a actuar con fe. El versículo subraya que, debido a la imprevisibilidad del éxito, uno debe realizar diversas tareas y no limitarse a una sola esperanza de cosecha.

Antes de llegar al versículo 6, el texto invita a repartir generosamente nuestras bendiciones. La expresión "reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra" refuerza la idea de que debemos expandir nuestras generosidades y esfuerzos sin limitaciones, ya que no sabemos cuándo podríamos necesitarlos a nosotros mismos.

Enfatiza que aquellos que son demasiado cautelosos y analíticos pueden perder oportunidades valiosas. La imagen del agricultor que observa constantemente el clima sugiere que, si uno espera siempre las circunstancias perfectas para actuar, es probable que nunca siembre ni coseche. Esto se conecta con el llamado a vivir proactivamente, aceptando el hecho de que el esfuerzo, aunque pueda parecer arriesgado, es preferible a la inacción.

Acciones practicas

Labor en la Vida Diaria: Este versículo nos anima a adoptar una postura constante de trabajo y a no desistir de nuestras labores aun cuando los resultados no sean inmediatos. Recordamos que nuestras acciones pueden tener efectos inesperados y que debemos confiar en que el esfuerzo será recompensado en algún momento futuro.

Actitud frente a la Vida: Salomón invita a ver la vida con optimismo y generosidad. La enseñanza es clara: debemos vivir en acción, respaldados por una fe que a menudo opera más allá de nuestra comprensión y en la certeza de que, aunque no sepamos el resultado, nuestras semillas (buenas acciones) contribuirán a un resultado positivo.

En resumen, Eclesiastés 11:6 nos ofrece sabiduría que trasciende el contexto agrícola original, instándonos a ser diligentes y generosos en nuestras vidas y a confiar en que cada esfuerzo valioso, aunque parezca vano desde nuestra limitada perspectiva, puede producir frutos en el tiempo propicio.

 


  1. Toda oportunidad es buena.
  2. Nunca te quedes de manos cruzadas.
  3. Nunca menosprecies nada, no se sabe cuál es lo mejor.