Proverbios 24.27
(RVR) Prepara tus labores fuera, Y disponlas en tus campos, Y después edificarás tu casa.
(LTA) Si piensas construir tu casa, atiende primero a tus negocios, y no desatiendas a tu familia.
Nos invita a reflexionar sobre la importancia de la planificación, prioridades y la diligencia en nuestras responsabilidades antes de emprender proyectos más grandes, como la construcción de un hogar.
Este versículo aconseja priorizar el trabajo agrícola y la preparación de los campos antes de construir un hogar. La interpretación literal sugiere que antes de asumir responsabilidades adicionales, como las familiares o las de un hogar, es esencial establecer una base sólida a través del trabajo y el abastecimiento necesario.
Desde una perspectiva espiritual, este proverbio se puede entender como un llamado a prepararse emocional y espiritualmente para las responsabilidades que conlleva la vida familiar. Esto implica no solo ser capaz de proveer en términos materiales, sino también estar preparado para educar y guiar a los hijos en valores y principios sólidos.
Planificación: La frase enfatiza la necesidad de planificar y actuar de manera reflexiva. Hacerlo de manera organizada puede evitar problemas futuros y permitir un adecuado desarrollo personal y familiar.
Responsabilidad: Al preparar primero nuestros campos(trabajo), se hace eco de la responsabilidad que tenemos de asegurarnos de que estamos financieramente y emocionalmente listos para asumir el compromiso que representa la creación de una familia.
Orden en las Prioridades: Este proverbio también invita a reflexionar sobre el orden que debemos tener en nuestras prioridades. Hacer hincapié en establecer primero bases y recursos antes de edificar algo tan significativo como un hogar es un principio que previene el fracaso en el futuro.
La importancia de la preparación y la responsabilidad. Nos recuerda que para construir algo duradero y significativo en nuestras vidas, como un hogar, primero debemos asegurarnos de tener nuestras labores y recursos en orden. Este principio es aplicable tanto en un contexto literal, como en uno más amplio que abarca la responsabilidad personal y familiar.
Prioridades
- Base sólida integral, Espíritu, alma y cuerpo
- Cuida tu familia.
- Atiende tu negocio.
- Edifica tu casa.
- Ofrenda en la iglesia.